
Uno a veces piensa en cosas que parecen muy profundas, indagando en comos y porques, horadando en los principios y en los fines, aunando la ciencia y la filosofia. A veces uno salta de una a otra, sin anuncio y sin disciplina, en la excitada charla de amigos o en la meditabunda introspeccion solitaria. Porque ambas, en el punto de la especulacion, se mezclan y entremezclan, volviendo ambas a la fuente unica que a dado a luz a ambas disciplinas.

Pero claro, los metodos son muy dispares entre una y otra, y con cada descubrimiento, con cada reflexion, con cada avance y cada renovacion, parecen cada vez distanciarse una de otra. Pero todavia podemos ver el origen comun entre ambas, todavia somos capaces de reconocer que en ambas brilla la misma chispa, el mismo afan y la capacidad ilimitada e insaciable de preguntarse. Cual es la pregunta no importa, sino el modo de preguntarnos, de inquietarnos, de esforzarnos. La pregunta exacta puede cambiar, la metodologia exacta puede cambiar. Pero ese hambre intelectual, esa necesidad de preguntarse, investigar, reflexionar y saber es comun en ambos y en ese punto se abrazan, se tocan, se funden. Y por momentos se confunden, en esa frontera entre el conocimiento y la especulacion, entre la certeza y la ignorancia.

Esa necesidad plena de saber y de preguntarse, de observar maravillados nuestro entorno y de cuestionarse cada detalle, cada fundamento, cada certeza; es esa necesidad la que, en cierto punto, nos define como humanos y nos cambia. Y en cada charla, si las condiciones son propicias, surge como manantial de ideas, de conceptos y de mas preguntas.

Pero claro, los metodos son muy dispares entre una y otra, y con cada descubrimiento, con cada reflexion, con cada avance y cada renovacion, parecen cada vez distanciarse una de otra. Pero todavia podemos ver el origen comun entre ambas, todavia somos capaces de reconocer que en ambas brilla la misma chispa, el mismo afan y la capacidad ilimitada e insaciable de preguntarse. Cual es la pregunta no importa, sino el modo de preguntarnos, de inquietarnos, de esforzarnos. La pregunta exacta puede cambiar, la metodologia exacta puede cambiar. Pero ese hambre intelectual, esa necesidad de preguntarse, investigar, reflexionar y saber es comun en ambos y en ese punto se abrazan, se tocan, se funden. Y por momentos se confunden, en esa frontera entre el conocimiento y la especulacion, entre la certeza y la ignorancia.

Esa necesidad plena de saber y de preguntarse, de observar maravillados nuestro entorno y de cuestionarse cada detalle, cada fundamento, cada certeza; es esa necesidad la que, en cierto punto, nos define como humanos y nos cambia. Y en cada charla, si las condiciones son propicias, surge como manantial de ideas, de conceptos y de mas preguntas.