El calor intenso de la furia apoderandose de la razon, del cuerpo obediente, deseoso participando en la carniceria. Desgarrar, morder, beber, destrozar y regodearse en el holocausto.

Exposicion, desconcierto y seguir un guion. Perdidos en anhelos y recuerdos, deseos y fantasias. Pulsiones, perversiones y secretos. Un escenario repetido, un momento incongruente, el mismo camino de lo que se pierde y se desconoce. Se adentra en tenebrosas profundidades, en atavismos incontrolables.
Temor, pesadumbre y la certeza de la propia inutilidad. Encerrado, avergonzado ante el descubrimiento. Bajo la imperterrita mirada que lo juzga, condenandolo desde el primer momento. Deseo de inexistencia, fundirse en la nada. Obliterarse, desaparecer, pero aun asi persistir. Los dedos que apuntan y se rien. Los ojos que miran, reprobantes. Y la sonrisa sobradora. La palabra de desprecio que es la ultima.
Las acciones que se declaran. La historia que fluye. Tropiezos, hallazgos y un delicioso estremecimiento. La piel de gallina, la risa que se prolonga por momentos. Nerviosismo, intriga, ansiedad y satisfaccion. Y el rodar de los dados que acompaña.

El sabado volvimos a vivir la magia de narrar en grupo. Hubo algo de experimentacion, lo cual hizo que la incertidumbre que siempre se repite esta vez fuera mas pronunciada. Pero estoy satisfecho: todo parece haber salido bastante bien, y la gente parece haberlo disfrutado. Son cosas como estas las que hace que valgan la pena. Pero para la proxima, espero estar del otro lado de la pantalla.